El amor y el ejemplo en la pedagogía escolar
Fuente: Erno Leocadio Velasquez Velasquez
ernovelasquez26@gmail.com
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Foto: Archivo La Voz del Río
Por Erno Velásquez/ Opinión (*)
Un gesto vale más que un millón de palabras. Anónimo
El amor y el ejemplo en la pedagogía escolar |
El amor, se dice tan
rápido y sin embargo tiene unas manifestaciones tan grandes e importantes en el
desarrollo y crecimiento humano y mucho más en el ámbito de la educación de los
niños y niñas de Venezuela y el mundo, escribir de la forma como se educa sin
mencionar los valores y los sentimientos que se relacionan y se generan en las
relaciones interpersonales y de afecto del proceso educativo es saber que no
existe aprendizaje sin amor, el maestro; el de escuela como decimos a lo
nuestro debe reunir una ingente de cualidades que van desde su vocación,
formación académica, empatia, algunas otras habilidades que se adquieren con
los años de experiencias en la vida y principalmente en el aula ser doctor, psicólogo, juez de paz,
orientador y mediador constante, y la principal de todas esas formas de ser.
Siempre amar al prójimo como hijo o hija aunque biológicamente no lo sea, pero
sentimentalmente lo son, en innumerables ocasiones nosotros como docentes hemos
vivido las penurias, necesidades, avances y éxitos de nuestros alumnos en ese
tiempo pedagógico que permanece en el aula de clases y la escuela con nosotros.
La pedagogía del amor y
el ejemplo es una orientaciones del Currículo Nacional Bolivariano del Sistema
Educativo Venezolano en sus deferentes niveles y modalidades para todos los
maestros y maestras de nuestro país, elemento curricular importante en la
práctica educativa y de tendencia a las teorías cognitivas constructivistas,
humanistas, holísticas y centrada en una educación integral y de calidad; los
intereses de los estudiantes como forma de hacer la escuela más amigable, más
familiar, más cercana a las necesidades de aprendizaje de los escolares, un
proceso centrado en el ser humano como ciudadano formado para asumir los
cambios sociales relacionados que intervienen en su historia personal y
comunitaria.
Es la escuela uno de
los ambientes más intimo y activo donde el escolar se relaciona, está lleno de
multiples opciones educativas, individuales, sociales e históricas para
desarrollar las competencias personales y académicas del estudiante, a base de
ejemplos y amor, lo cual esta evidenciado como componente indisoluble en la
forma de enseñar y aprender y de un aprendizaje significativamente para toda la
vida, del día a día y que lo define y reconstruye en el descubrimiento de sus
potencialidades culturales, deportivas, manualistas, etc.
Y es maestro un ser
motivador no sólo de los contenidos, sino de todos aquellos aspectos que
involucran la curiosidad y el descubrimiento por el aprendizaje, desde el aula,
hacia lo personal y lo social, hay que continuar e insistir en la educación de
las emociones como inspiración a nuestros escolares, el estudiante tiene que
sentir que los momentos pedagógicos y su interacción con los docentes y los
otros elementos didácticos es basado en lo extraordinario del hecho de aprender.
Del valor que yo como alumno siento al formarme en cualquier temática, y que el
sentimiento que él tenga al trabajo académico es la fuente de su motivación y
sabiduría, ya el educador a valorado todas sus posibilidades desde las
sentimentales hasta las curriculares.
Como educadores debemos
estar preparados desde el inicio cuando decidimos ser maestros o maestras que
es una profesión que manifiesta mucho amor, mucho hacia quienes en ocasiones están carente o
falto de atención por otras personas con quien se relacionan en su hogar o
comunidad, pero encuentran en su aula la orientación, el carácter y los
sentimientos que no se exponen bien en la relación familiar, de parte de los
estudiantes de la escuela he presenciado y puedo dar mi testimonio de los escolares
cuando abrazan, dan una mirada, tienen un gesto y hasta piden la bendición a su
docente, esas manifestaciones tan bellas de amor, de sinceridad y hasta de
agradecimiento, porque tú como educador vas más allá de la clases y del
contenido haz ido construyendo educativamente dentro del niño o niña una
estructura sentimental y pedagógica a base de amor y ejemplos que no puede
sustituirse y que le servirá para emprender satisfactoriamente en su vida
temprana, pero con una proyección a una existencia acorde a los valores que
deben tener cada hombre y mujer de esta patria. El docente debe enseñar en
acciones y sentimientos, pero con una coherencia familiar y académica de toda
la existencia, porque el ser a educar necesita una formación permanente desde
su nacimiento y hasta el final de sus días.
Los docentes deben
impartir los temas de las diferentes áreas del conocimiento de forma
espectacular despertando en los estudiantes lo científico, investigable,
curioso, crítico a lo que aprende y que se emancipe en su praxis como ser
social capaz de liderizar y resolver situaciones por las cuales tiene
conocimiento y experiencia, y donde la escuela ha servido como facilitadora de
esos aprendizajes, lo extraordinario que buscan convertirse en cotidiano, a
favor de la resolución de problemáticas familiares y sociales, para así ejercer
como un ciudadano sus derechos de garantía en los diferentes aspectos del
acontecer del contexto donde se relaciona.
La
escuela como un gran centro educativo en valores y sobre todo en el amor,
entendiendo que todos los actores del proceso educativo sea quien sea, es
decir, todos sin dejar a nadie por fuera los que están adentro del centro
educativo ejerciendo sus labores y funciones, las personas que hacen vida en
adyacencias del mismo, y hasta la comunidad donde se socializa el estudiante y
físicamente se encuentra ubicada la estructura de la escuela, debe ser ejemplo
de los buenos sentimientos, de los buenos procederes con educación y cortecia;
formando constantemente a la persona, quien crece y se relaciona en ambientes
con amor y ejemplos aprenderá y sera un ciudadano de provecho a lo familiar y
social, la tarea es grande, pero todos estamos involucrados la familia, la
comunidad y la escuela: tenemos nuestra
responsabilidad, hay que educar en todos los momentos y en cada espacio
donde este nuestra presencia , hay que ser coherente en la práctica educativa.
Aunque la escuela reúna
una gran cantidad elementos relacionados al momento didáctico y que su relación
entre el contenido, el docente y el estudiante sea de éxitos en el aula y fuera
de ella, hay que revisarlo en ciertos períodos de tiempo, esa evaluación que
también involucra a todos los que intervienen en el proceso educativo debe ser
con todas las condiciones de adaptación y estrategias que involucren de forma
permanente al escolar, hay que amar con el corazón el trabajo de ser educador (*) estudiante PNFA.
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