Repuesta sala disipa cura en pena y liquida teatro estable
Repuesta sala disipa cura en pena y liquida teatro estable |
La Voz del Río/ Comunidad
Por Abg. Edinson Lares/ Opinión
El drama de la Fundación Artística Sobretablas (FAS)
contada desde el pasado año 2015, no tiene final aún en el acontecer artístico
cultural de la ciudad capital insular, porque acá en la región “andan sin
puerto” y con pena dolorosa en sus almas; donde como se sabe, nació ésta
organización hace más de 35 años (1981). Como sea, la fundación conformada por
trabajadoras y trabajadores de las artes escénicas de la región insular, han
seguido batallando por recuperar el espacio ganado en toma cultural, hace más
de 22 años (1994); cuyo espacio, con el nombre de “Sala de Teatro Santa Lucia”,
en mala hora le fue restringida la entrada para “reparar su estructura y
edificación física”, ante protesta contra el Alcalde y Trabuque de Concejales; cuando
en reunión edilicia insistió el primero en sacarles del recinto siendo apoyado
por los segundos el pasado año 2015.
El cura en pena (Se omite nombre por razón cenobita)
desapareció desde los primeros martillazos de repique en todas las paredes
internas y externas del local. Él (monje) guardaba sus prendas y joyas legadas
al cuido, en la otrora “Ermita de Santa Lucia”, como se llamó para los primeros
trescientos años de historia colonial y conquista; por feligresía caterva que
confiaba en la indiscutible honorabilidad del monje, quien a la razón, terminó
cuidando el inmenso baúl pesado y cargado de oro, en áreas nunca precisada por
intrépidos busca tesoros religiosos dentro de la igual desaparecida Ermita.
Aunque el drama del teatro estable es más impune y
desolador que causa profuso dolor, nada podían oponer las y los actores
teatrales sobre las tablas, pues siendo los promotores de un reclamo
consuetudinario de larga data, para que por fin se reparara la Sala de Teatro;
ningún ente público o privado dio un paso al frente, por más petición que se
hacía; cuando el único administrador de los recursos solicitados, otorgados y
destinados para reparaciones físicas en favor de la Fundación; –en mala hora-
era la Alcaldía del Municipio Arismendi que podía disponer y resolver.
Claro está, entendido el punto que un Consejo Comunal
cercano al coso, esperaba el depósito del billete consignado en caja chica, por
efecto del llamado “Banco Comunal”; pero –y hasta ahora- nunca se confirmó tal
procedimiento legal. Sobre el particular, hasta el presente nadie responsable
de la “reparación o reconstrucción”, ha entregado cuentas ni resultados
definitivos de “qué y cuánto” se invirtió en la obra; seguro se encontrará que nadie
quiere pronunciarse a favor ni en contra de un soberano patrimonio cultural
inmaterial muy apreciado por contados “ale-cuises”.
La Fundación Artística Sobretablas anda de alas caídas por no tener lugar donde
ensayar ni montar obra de teatro alguna. Planes del presente y futuros años,
pasan por el tamiz de la intriga e indiferencia cultural municipal, regional y
nacional; lo cual no sorprende a propios y extraños amantes de las artes
escénicas, ahora más que nunca poco impulsadas por entes culturales privados y
públicos. Algo hay que hacer, les he dicho a las y los teatreros insulares; pero ciento que igual como acontece a la Orquesta Típica
Margariteña: Se liquida teatro estable.
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