La consiente aptitud de no cuidar el patrimonio material e imaginario colectivo
Por Abg. Edinson Lares/ Opinión
No tomé la foto reveladora que prueba el
odio permanente en no preservar al “viejo” puente colonial
Ocurrió el
pasado sábado 27 de septiembre del presente año 2014, que como cosa de locos o
ignorantes del acontecer mundial, era el día “Internacional del Turismo”, día
el cual estaba muy publicitado en todo el planeta, por aquellos pobladores
inmersos y bien clarificados en las bondades económicas que ofrece el turismo;
pero no tomé la foto reveladora del vehículo estacionado sobre el “Puente de
Piedra”, “Puente Colonial”, o también llamado “puente viejo” en la ciudad
capital de La Asunción, con más de cuatrocientos (400) años de dura existencia;
porque, y aunque lo lamenté, el no dejar constancia del criminal acto, aquí nada
sorprende a propios y extraños, la odiosa aptitud de ignorar lo nuestro y dejar
que se derrumben como objetos viejos: ornamentos arcaicos tantas obras
coloniales; pues así están las cosas por estos pagos, ni siquiera los
funcionarios “defensores” del patrimonio material e inmaterial hay quien los
conozca.
Ya con
anterioridad publiqué fotos reveladoras, donde se observan a las y los “hijos
de papá”, encaramados con todo y vehículo cuatro ruedas, disfrutando del poco
común espectáculo de la crecida del río; en esos periodos o picos de lluvias
que se producen en la Isla de Margarita, y por consiguiente, en la ciudad que
acuna el paso de un río “joven” por sus características orográficas especiales,
como es la ciudad capital del estado Nueva Esparta: La Asunción.
Allí he
presenciado la más delirante acción de “navegados” con toda la familia
embarcada en el último modelo queriendo saltar los “mojones” que en una
oportunidad colocó una administración municipal que pregonaba “amor por la
ciudad”; todo de risa, pues si hubo un letrero preventivo, ahora imagino que
debe estar en algún lugar de casa de familia, colocado para “será” mejor uso. Por
cierto, aquel enfrentamiento que tuve con el navegado, para evitar hiciera
acrobacias con su flamante vehículo, terminó por comprobar que ante la falta de
atención al cuatricentenario puente viejo, se suma las obviedades y omisiones
gubernamentales comunales que simplifican con una sola palabra: “La culpa la
tienes tú”… Llámense Gobierno Bolivariano, desgobierno municipal y poder
popular comunal.
Hace poco se
detectó en el arco de medio punto del “puente de piedra”, una grieta
considerable que es urgente reparar; “vamos a ver quién le pone el cascabel al
gato”. Lo cierto es, que el río que lo enaltece no se llama “La Asunción”, sino
“Río Caracas”, por cosas de la vida, o mejor aceptación en los últimos
cincuenta y cinco (55) años, de una fatal designación por obra y gracia de
“Cartografía Nacional” al dejar por sentado el nombre “Río Caracas”, y no “La
Asunción”, como ancestralmente de le designaba; hasta por nuestros autóctonos
moradores neocoloniales.
Lo anterior
se explica, por haber existido una “Botica o Droguería”, en plena esquina de la
calle “Unión Oeste” diagonal al reseñado “Teatro Santa Lucia”, que es lugar de
paso para llegar a la otrora ciudadela; ya hoy nadie cree en estas cosas
verosímiles que ocurren en esta “ciudad del silencio”, la tradición y los
monumentos poco cuidados por el colectivo popular.
El monumento que apenas se muestra en esta foto, es la llamada “Columna en Honor a La Heroína” la caraqueña
“María Luisa Cáceres de Arismendi” (1799-1866); para este próximo “19 de
Diciembre de 2014”, está de riguroso turno de celebración, por arribar el
monumento a su primer centenario de existencia. Como se recordará, en aquella
insólita “danza de las estatuas” con competencia municipal de reciente data,
actores y maromeros llegaron a dar la espalda al patrimonio cultural nuestro.
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