La Impostegable Defensa del Ambiente en la Región Insular

Fuente: La Voz del Río/ Opinión
Quedé mudo al ver que el niño enterraba sus manos entre el río contaminado
Acá en la ciudad capital del estado Nueva Esparta: La Asunción; ver a un niño en medio del río entre el puente "Caracas" y el descuidado declarado puente de "Piedra o Colonial", sino es bien raro, diría que es poco común; cuando siendo ese día, la una y media de la tarde y sabiendo que las escuelas del sector, cierran a eso de las 4 pm, vi como "el niño enterraba sus manos entre el -conocido- río contaminado"... Apenas pude reaccionar para tomar dos fotos con la cámara del celular, desde la parte alta del puente "Caracas", y querer decir algo coherente al niño, como para prevenirlo del inminente peligro a su salud que amenazaba con su acción; a quien estimé rondaba los nueve o diez años de edad, no lo había visto antes por el sector "Oeste" de la ciudad capital y ante el desconocimiento de su nombre y apellido de bautizo; continué mi camino para no recibir una mala respuesta, de quien imagino "no mide peligro" y está alejado a la lectura de su propia Ley para la Protección.
Seguí mi camino para la casa o residencia al final de la calle "Unión", contrariado por mi poca reacción en llamar la atención al niño desconocido, ante el provocado peligro al que se estaba exponiendo sumergiendo sus manos entre tanta "cipa" y "contaminación cloacal" denunciada en fecha anterior, en ese mismo espacio, donde se encontraba el descuidado querubín; sé que me vio por breves instantes, pasada la acción de fotografiar el área, cuando para ese momento incluso desvié la mirada hacia la rutinaria vendedora de especies marinas (moluscos y mariscos), ubicada al comienzo del puente y del lado contrario al lugar de la foto, a quien quise importunar preguntando si ese "muchacho" en medio del río era su hijo; pero igual camine a la casa, sin perturbar el solitario lugar, como se encontraba a es hora sobre la Av. "Juan Cancio Rodríguez", en la otrora ciudad histórica y colonial de la capital insular.
Igual hace días -sino un par de meses- encontré a varios niños y adolescentes, sumergidos en la ribera del lado Este, de la conocida "Batea del Mamey", entre el sector "El Otro Lado del Río" y "El Mamey" de La Asunción; cuyas calles "Figueroa y Salazar", dividen ambos sectores y figura como límite divisorio a la mencionada "Batea".., que visitada por niños y adolescentes, repito, estaban enfrascados en "pescar" cuanta "larva viral" pulula, el que debería llamarse "Río La Asunción"; pero un "afaire" de gente venida de Caracas, en 1959, de la oficina de "cartografía nacional", designó o cambió el verdadero y original nombre de "La Asunción": por el de "Río Caracas"...
En fin, el "chiste" lo he contado desde hace años, que hoy no entiendo el porqué no se ha arreglado el significativo "cartograma" nacional. Así como no se corrige la probada contaminación que sufre el río "Caracas", desde el llamado "Boquete de la Calle Lárez", separado del "Puente Colonial" unos escasos cien (100) metros; y con un temerario corrimiento de "cloaca" hasta la hoy contaminada "Laguna de Gasparico", en más de siete (7) kilómetros hacia el "Este" geográfico de la ciudad capital.
Ya lo dijo una colega de la oficina de protección, y lo sabe la gente en la oficina supervisora de "La LOPNNA", o la Defensoría del Pueblo en el Estado Nueva Esparta: la instancia de protección municipal es inoperante, cuando no hay como elaborar "un permiso de viaje", o no hay "tinta para la impresora por falta de recursos" y, hasta ocurre, que la oficina se colapsa por no asegurar el principio de "confidencialidad", o no contar con el requerido equipo multiciplinario mínimo, para ejecutar las llamadas "medidas de protección" de estricto cumplimiento por Padres, representantes o responsables.
Y.., por supuesto, con la experiencia adquirida en doce (12) años de labor ininterrumpida, creer que los NNA saben algo del artículos 31 de Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA); que sigue siendo como letra muerta para una mayoría, cuando las y los "plenos de derechos" ni siquiera saben de qué habla; o qué tiene que ver con la defensa del ambiente y la fauna silvestre en esta hermosa región insular y la República Bolivariana de Venezuela.

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