De Guayatamo a Cerro Matasiete y -hoy- Montaña de La Gloria

Fuente: La Voz del Río/ Comunidad
Textos y Fotos: Abg. Edinson Lares
Un llamado a niñas, niños y adolescentes para defender nuestra historia insular
Cuando el 31 de julio de 1817, se comprometió el pueblo margariteño para cerrar filas al pie del "Cerro Matasiete" y los ancestros aborígenes "guaequeries" llamaban "Guayatamo"; para enfrentar al opresor español, que usurparan tierras ajenas por más de trescientos (300) años, en la ahora bien llamada "Montaña de La Gloria", el General Pablo Morillo y ningún otro soldado "pacificador", entendió cuál era la lucha de emancipación emprendida en Caracas (19/04/1810) y en la isla de Margarita (04/05/1810); que no reclamase el concurso del valor y gran suma de heroísmo, solo alcanzado por prohombres que cantaban operas y repartía relatos en quijotesca hidalguía; narrados entre soñadores escritores que desaparecieron en la más rutilante pobreza.
En mucho de ellos se recuerda a Homero, por "La Ilíada y La Odisea", a Heródoto, por la "Batalla de Las Termopilas" e innumerables poetas, trovadores y juglares que cantaron sucesos aún hoy investigados; pero que ahora, transcurridos "ciento noventa y seis" (196) años de la cruenta batalla neo-espartana al pie del cerro, ocupa la idea general que en nuestra tierra insular, gran cantidad de personas visitantes, nativas y navegadas; no conocen o recuerdan aquel épico episodio, ganado por Francisco Esteban Gómez, Antolín del Campo, Policarpo Mata, Miguel José Lares, Juan Antonio Aguirre y Cayetano Colvas; entre otros.
Valga decir, que cada vez al preguntar a un sin número de estudiantes de primaria y secundaria, por los sucesos cumplidos el día "31 de Julio de 1817", la tristeza invade el recinto estudiantil al percatase sus representantes y docentes de aula, que la mayoría de las y los estudiantes, participantes en "TALLER LOPNNA", nada recuerdan de la inmortal lucha de muy pocos margariteños frente a un poderoso ejercito español, conformado por más de 1200 soldados bien entrenados; que les persiguió cerro arriba en la cruenta epopeya nueva espartana.
Se cree, hasta prueba en contrario, que entre los patriotas habían gente con mucha fuerza para levantar o mover peñascos de gran tamaño; pero no siendo cierto, lo extraño para muchos historiadores fue confirmar una incongruente leyenda negra que refería el haber dejado caer una inmensa piedra sobre "siete" españoles, para dar crédito al nombre de "Cerro Matasiete"; lo cual nunca fue verdad, puesto que el sitio para el año de 1795, se conocía por ese emblemático nombre... Claro está, mucho antes los autóctonos insulares, en su ágrafo fonético idioma llamaban "Cerro Guayatamo", que significa "Guay" o "Cerro" y "Atamo" o "Juncos"... O, más preciso: "Cerro de Juncos".
Lo que hoy se haga, para bien de las generaciones futuras, por preservar la historia popular margariteña, determinará el rumbo seguro que postulan leyes y la constitución bolivariana; no se entiende la razón del desconocimiento a la historia cultural de nuestros antepasados. El siempre buen ejercicio patrio insular de residentes, visitantes y navegados en generar valores por la defensa cívico-moral del gentilicio nuestro; requiere mucha atención de todos: y no el -qué hay para eso-.
Así como estar negados por trascender la herencia legada por nuestros verdaderos héroes neoespartanos, se crítica el inocuo discurso que pretende obviar el pasado; de hecho, vaya un llamado a niñas, niños y adolescentes para defender nuestra historia insular.

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