La montaña que ilumina mis sueños y esperanzas

Fuente: La Voz del Río/ Comunidad
Abg. Edinson Lares Rojas

El Cerro Matasiete o “Montaña de La Gloria”

... Esa misma calle en la foto, sin pavimento, menos casas y un increíble arenal en su otrora tránsito; como todas las calles para aquel año de 1960, enriquecían las leyendas y muchas andanzas contadas por pocos vecinos del sector “El Otro lado del Río”. Allí escuché de boca de José “Checho” Rodríguez, hoy difunto, aquella inusual leyenda negra que narraba el suceso sobrenatural, que en la batalla “una piedra gigante rodada desde lo alto del cerro, por patriotas margariteños, ocasionó la muerte a siete (7) españoles; bajo las ordenes del >Pacificador< Don Pablo Morillo”.
Esa misma calle bautizada “La Ceiba”, desde no se sabe cuándo ni que persona de la comunidad, se cree albergó en su corto recorrido el árbol que la designa; aunque investigado el asunto, pudo haber sido nombrada “Matasiete”, en vez de “La Ceiba”; puesto que da vista excepcional a la singular “Montaña de La Gloria”.
De hecho, nadie ha podido confirmar una “Ceiba” en el sector, aunque se presume hubo una árbol grande en los predios de la Universidad Nacional Abierta, núcleo Nueva Esparta; y salta la curiosidad al constatar que es la única calle del sector con dicho nombre, desde donde es tangencial y pintoresca la visión al Cerro Matasiete; cuya vista, habla por mucho de cuál debería ser su último nombre honorífico.
No hace mucho, hubo propuestas de cambiar los nombres a las calles del sector y no se dio por falla de información sobre el tema; en fin, no hubo acuerdo solidario por baja asistencia de miembros en el Consejo Comunal, que serian los más indicados para declarar posición al respecto.
De cualquier parte en La Asunción, la vista del Cerro Matasiete es impresionante
Muchas ciudades venezolanas poseen en sus entornos geográficos, formaciones o lugares montañosos que las identifica en su gentilicio social urbano o herencia patria; valga señalar ejemplos, como: El cerro “El Café”, en la ciudad de Valencia; el famoso cerro “El Peñón”, en las ciudades larenses de Humocaro Bajo y Humocaro Alto; las dos cantadas “Tetas de María Guevara”, en la ciudad de Punta de Piedras, en nuestra misma Isla de Margarita; y qué decir del cerro más emblemático en nuestro país, como lo es el cerro “El Ávila”, en la ciudad de Caracas.
Así fue mi primera impresión del Cerro Matasiete, llegado de la “Costa Oriental del Lago de Maracaibo”, donde solo se ven en lontananza más lomas que cerros; sin característica particulares ni honoríficos recuerdos inolvidables. Se tiene por cierto, que una dama con un velo blanco socorrió a nuestros inmortales héroes en el Cerro Matasiete; los asistió en sus últimos momentos y les brindo la tranquilidad por la justa causa que defendían en la revolución bolivariana.
Se cree era nuestra madre espiritual, celestial y primerísima Virgen del Valle… Que al igual que la “Montaña de La Gloria” ilumina mis sueños y esperanzas.

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