Recuerdos de temas que no se saben

Fuente: La Voz del Río/ Comunidad
Por Edinson Lares Rojas

Incierto destino de una antigua capilla religiosa
Según registros mal llevados por la oficina municipal y los representantes de la iglesia parroquial en la ciudad de La Asunción, en la actualidad, la edificación denominada “Teatro Santa Lucia”, que para los años de 1.750 ó 55, en la vida político, social, económica y religiosa de la capital de Margarita, dónde se encuentra ubicada dicha obra; ésta se construyó como “Ermita”… Pero esa calificación desapareció como tal, cuando dando paso a una inusual instalación; se denominó: “Mercado Municipal”.
Así, el cambio de capilla-ermita a mercado municipal de la ciudad, ocurrió para el año de 1910; aunque brindó beneficios económicos en abundancia, no reconocidos por una población acostumbrada a la comodidad y un apreciado abolengo social que les caracterizó desde época colonial, ese uso público, pasó por unos cuantos premeditados olvidos en mano de obra y amor a la sensata utilidad.
Entonces, dándose y estando su reparación signada por no solo la voluntad de la autoridad municipal de turno; sino que a la hora de solicitar recursos para la reparación total, o –a veces- parcial, se postuló un extraño mal social de parte de la población que administró su esencial uso, hasta su total deterioro y nula recuperación como patrimonio de la ciudad.
Más tarde, o más reciente, algo más de treinta años, serán unos preocupados artistas de las tablas, tercos revolucionarios por decir menos, que se empeñaran en salvar lo que aman como suyo, cuando al encontrar desmantelada la obra, que requería de una urgente remodelación obligatoria con reales de la llamada bonanza petrolera, la traba burocrática le hundía en un incierto limbo gubernamental; imagínenlo entre la cuarta y la quinta república.
Bueno, aún hoy, la ermita se observa solida en sus paredes, le volaron el techo de hierro y láminas de asbesto; y gracias a un proyecto de reparación, o restauración, por lo que no ésta claro, con unos reales bolivarianos suministrados el pasado año 2010; por más que se mire y se quiera salvar la tarea, eso pensando en el discurso teatral, nada indica que concluirán antes de la próxima Década del 2020.
Bien, lo anterior se plantea por quien suscribe, para fijar una opinión personal de lo que hasta ahora se sabe de la otrora “Ermita de Santa Lucia”, que hace unos seis meses comenzó la total “remodelación” de su planta física, por parte de una empresa que no citaré su nombre para proteger a “moros y troyanos” de la, por mi llamada, tragedia neoespartana.
Asimismo, el año anterior estando al frente de la dirección del Instituto de Cultura Municipal de Arismendi (ICMA), el Lic. Luís Eduardo Acosta; este con sus buenos oficios, impulsó las urgentes reparaciones a la Sala de Teatro “Angelita Salazar Lárez”. Y, siendo aún director de la Agrupación Teatral “Sobretablas”, pasado unos seis meses hasta el presente, solo se entiende lo que dejó claro el pasado mes de Enero (2011), ante el recién electo Alcalde Richard Fermín: “La obra está paralizada por falta de recursos económicos asignados", que no han sido entregados por la administración anterior del Alcalde (E) Luís Díaz Figueroa.
No creen que sucederá como en la Iglesia de Santa Ana, Municipio Gómez del Estado Nueva Esparta. Por lo que hoy se sabe: “fue peor el remedio que la enfermedad”. De hecho, recuerdo ahora que por los años 90, una señora que nunca identifique al ser entrevistada por un narrador de Venevisión, confesó “haber tomado una silla vieja de madera del frente de una iglesia en Margarita”… Adivinen cuál. Lo cierto es, que la ciudadana entrevistada en ese tiempo (1996) vivía en Miami, Estados Unidos de Norteamérica. Y, la entrevista fue allá; no acá en la Isla.
Bueno… No creo que la otrora ermita de "santa Lucia", guarde en sus cimientos algún entierro de morocotas o de plata blanca, que aun es bien apreciada por todos los amantes de las riquezas antiguas; si sé que habrá más de un preocupado ciudadano, que querrá saber más de lo que he podido reseñar en esta página; por ese incierto destino de una antigua capilla religiosa.

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